Verano


Hoy es 21 de diciembre y los cambios de temperatura de este mes en Buenos Aires no me han hecho bien, es decir, me he enfermado y tengo gripe.

Ayer hizo mucho frío, y cuando estaba en la farmacia comprando los medicamentos, escuché una canción que toda la vida me gustó mucho porque en  un momento dice:
"Tu amor me hace grande" y los ojos se me llenaron de lágrimas. Me dije qué bien, ¡enferma y triste! 

Todavía lloro a veces, dicen que el duelo puede durar bastante cuando se termina una relación.
A veces, también hablo sola. Escucho su voz y de pronto empiezo a pensar en qué le hubiera podido responder aquella vez que me quedé callada. O aquella vez en la que podía haber dicho otra cosa. 

Y también pienso en aquellos momentos en los que fuimos felices. Y es entonces cuando anhelo los abrazos.

También tengo en mi mente estos momentos más inspiradores, en los que disfruto de mi nueva casa, de mis amigos y de mi trabajo. Me gusta recorrer las calles de mi nuevo y hermoso barrio, donde las calles están llenas de árboles y los parques llenos de flores y mariposas, pues oficialmente hoy comienza el verano.

He decidido transitar esta etapa con bienestar. Es una decisión y punto. Me he propuesto cuidar con amor el jardín de mis pensamientos, seleccionar aquellos que son más hermosos y deshacerme de las malas hierbas. Es la opción que elegí.

Hay otra opción, pero no es para mí. No quiero dejar crecer la mala hierba, ni llegar al punto de perderme de nuevo. Huyo de quedarme dentro de un remolino de pensamientos sin saber cómo salir, sin una guía para orientarme.

Esta es la etapa de enfocarme en lo que a mí me gusta. Lo que me gusta casi siempre está relacionado con la naturaleza. Además de disfrutar de los días de sol, me imagino teniendo en mis manos una de esas flores de apariencia frágil como algodón que algunos llaman "la flor de los deseos" y que cuando se sopla, sus semillas fluyen a través del aire.

Según algunas creencias, si piensas un deseo cuando soplas, el deseo se cumple. Así que me veo con esa flor en la mano pensando que si, al soplar sus pétalos, esas semillas caen en suelo fértil y retoñan, será que mis pasos me están llevando por buen camino.